China. En Asia oriental había un peligro real de expansión del
comunismo. En 1949 el Partido Comunista Chino triunfó en la guerra de
guerrillas que sostenía desde los años veinte y creó la República Popular
de China, con Mao Tse Tung como presidente. El derrotado Gobierno del general
Chiang Kai Chek, apoyado por EE UU, se estableció en la isla de Taiwan,
creando la República
de China Nacionalista. China quedó dividida en dos estados, existentes todavía
en la actualidad, que no se reconocían mutuamente. Corea. La división de
China imitaba el modelo adoptado en 1948 en la península de Corea. En la
zona al norte del paralelo 38°, ocupada por tropas soviéticas durante la Segunda Guerra
Mundial, surgió la
República Democrática Popular de Corea -Corea del Norte-. En
la zona al sur surgió la República
de Corea, sostenida por EE UU -Corea del Sur-. Después de la retirada de los
ejércitos ocupantes, los norcoreanos no tardaron mucho tiempo en invadir el Estado
del sur, iniciándose la
Guerra de Corea (1950-1953).
Fases de la guerra de Corea.
EE UU decidió intervenir en la guerra y
enviar tropas y armamento bajo bandera de la ONU. La balanza se inclinó de inmediato a favor
de Corea del Sur, que hizo retroceder a las tropas comunistas e invadió Corea
del Norte. Ante la posibilidad de la desaparición del Estado norcoreano, China
decidió participar en el conflicto. El resultado fue que las dos Coreas continuaron
separadas y así han permanecido hasta la actualidad. Este hecho fue el primer
ejemplo de “guerra limitada”, típica de la guerra fría, que no desembocó en un enfrentamiento
generalizado ni empleó armas atómicas. Aun así, perecieron más de tres millones
de chinos y coreanos (entre ellos más de dos millones de civiles, a causa de los
bombardeos sistemáticos).